En México la información confidencial de aplicación industrial o comercial (“Secreto Industrial”) se encuentra protegida por la Ley de la Propiedad Industrial (“LPI”) desde el año 1991, principalmente en los artículos 82 y 83, los cuales de manera general establecen que los Secretos Industriales:
§ Significan una ventaja competitiva o económica;
§ Deben ser de acceso restringido; y
§ Deben contenerse en documentos físicos o electrónicos.
Los Secretos Industriales se encuentran necesariamente referidos a la naturaleza, características o finalidades de los productos o servicios que ofrece la empresa. Asimismo, los métodos o procesos de producción y los medios o formas de distribución pueden ser considerados como Secreto Industrial.
Sin embargo, es común que el tratamiento y protección de la información que constituye un Secreto Industrial dentro de las empresas sea escaso y en ocasiones inexistente, ya que un Secreto Industrial no se encuentra amparado por ningún título o certificado.
En este sentido, suele ocurrir que las empresas solamente contemplan dentro de sus activos intangibles a las marcas, avisos comerciales, patentes o modelos de utilidad, que sí son reconocidas por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (“IMPI”) mediante un título de propiedad.
En consecuencia, un empresario prudente debe plantearse las siguientes cuestiones:
§ ¿Mi empresa cuenta con un método adecuado de clasificación de información?
§ ¿Tengo identificada la información que genera ventaja competitiva o económica a mi empresa?
§ ¿Conozco cuál información tiene el carácter de confidencial en mi empresa?
§ ¿Qué medios hemos adoptado para conservar la confidencialidad y acceso restringido a dicha información?
§ ¿Mis asesores legales han revisado las cláusulas de confidencialidad de los contratos de prestación de servicios y laborales?
§ ¿He analizado el valor económico que representa para la empresa la información confidencial?
Ante los anteriores cuestionamientos y en atención a la relativa facilidad con la que la información puede ser sustraída de una empresa, es que recomendamos implementar una política de empresa sobre el manejo, uso y divulgación de los Secretos Industriales tanto interna como externamente.
Por lo anterior, hemos desarrollado un proceso de auditoria legal estructurado de la siguiente manera:
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La primera etapa consiste en un diagnóstico de la información confidencial de la empresa y determinar si constituye o no un Secreto Industrial; posteriormente se analizan los documentos o contratos que tengan cláusulas de confidencialidad; en la tercer etapa se genera un mapa conceptual respecto de aquellos empleados, personal de confianza y prestadores de servicios de los cuales deba generarse control y seguimiento del uso de la información que les ha sido divulgada; y ?por último se genera un manual sobre el correcto tratamiento de los Secretos Industriales para facilitar un adecuado y más seguro uso de la información
